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| La principal función de la dirección es guiar, conducir y controlar los esfuerzos de un grupo de personas hacia la consecución de un objetivo. La dirección implica: definir objetivos, definir los modos de actuación, determinar estrategias, estudiar alternativas de actuación, seleccionar las mejores opciones, dirigir a un grupo de personas, y controlar los resultados. Las tareas fundamentales de dirección se dividen en las siguientes funciones: planificación, organización, control, y conducción de hombres.
Planificación: Planificar alude a “lo que debe hacerse y cómo hacerse”. Se deben señalar: las previsiones, la fijación de objetivos, el establecimiento de políticas, la programación, y el cálculo de presupuestos:
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Previsiones: es un intento de adelantarse al futuro mediante deducciones basadas en hechos conocidos y en el estudio de los factores que pueden actuar sobre la empresa. Las previsiones proporcionan información para realizar decisiones y establecer la planificación.
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Fijación de objetivos: indican “lo que se debe de hacer”. Son las metas establecidas que sirven de guía para coordinar los esfuerzos de todas las funciones de la empresa. Los objetivos suelen ser de tipo económico (cuando por ejemplo, se estudian problemas de mercado, se trata de mejorar la producción…), o de tipo social (problemas derivados de salarios y sueldos, formación…).
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Establecimiento de políticas: es necesario indicar los principios y normas de acción por los que va a regirse la empresa para alcanzar los objetivos.
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Programación: para poner en práctica la política establecida y conseguir os objetivos, hay que diseñar un programa que indique los pasos para alcanzar dichas metas.
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Cálculo de presupuestos: es necesario determinar el coste de la realización de la tarea de la empresa, para ello, se necesita: asignar los recursos necesarios, establecer una metodología de trabajo, y calcular el coste de cada tarea (salarios, materiales, formación, gastos de contratación…).
Organización: Con respecto a la función de organización, es necesario establecer: estructuras de organización, delegaciones, y establecer relaciones (coordinar):
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Estructuras de organización: una vez definidas las tareas, es necesario agrupar a las mismas y a las personas de forma que su realización sea lo más productiva posible.
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Delegación: cuando un jefe o directivo no puede realizar correctamente todas las tareas, debe delegar algunas en sus subordinados, siempre que estos puedan desempeñarlas adecuadamente.
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Establecer relaciones (coordinación): las relaciones entre los diversos grupos deben quedar perfectamente establecidas mediante las estructuras de organización.
Control: Controlar es valorar el trabajo tras ser ejecutado. El control comprende: el establecimiento de normas, medición, evaluación, y corrección.
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Establecimiento de normas: los trabajos deben realizarse según normas establecidas.
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Medición: los instrumentos de medición deben ser válidos, comprensibles y aceptados por aquellos cuyo trabajo va a ser controlado.
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Evaluación: hay que evaluar y contrastar los resultados obtenidos con las normas establecidas y obtener conclusiones al respecto.
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Corrección: una vez evaluado, hay que tomar medidas para corregir aquello que no se haya realizado en condiciones.
Conductor de hombres: La función de conductor de hombres tiene por objetivo conseguir que se realicen las tareas encomendadas en el momento previsto y de acuerdo con las condiciones determinadas para su valoración. Esta función abarca varias actividades: liderazgo, motivación, comunicación, selección, formación y perfeccionamiento, remuneración, y resolución de conflictos.
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Liderazgo: es el proceso por el que se consigue que otras personas hagan su trabajo.
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Motivación: son las acciones emprendidas por un jefe para inspirar, impulsar y estimular a sus subordinados para conseguir el aumento de su productividad.
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Comunicación: es la suma de todos los actos que realiza una persona para comprender a los demás, es un puente de significado entre el que emite la información y el que la recibe, en un proceso de escuchar y comprender.
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Selección: para que la empresa funcione, es necesaria una selección de gente competente que pueda contribuir en la consecución de los objetivos de la misma.
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Formación y perfeccionamiento: el personal debe estar bien preparado y cualificado para desarrollar las tareas del puesto.
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Remuneración: la remuneración debe ser equitativa y objetiva, según las directrices y procedimientos establecidos por la empresa.
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Resolución de conflictos: el director debe arbitrar acuerdos, reconciliar al personal, recibir quejas y reclamaciones, o bien contratar a un mediador.
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