Para representar la situación de una empresa en un momento concreto se utiliza el documento denominado como balance, en el que se apuntan a la izquierda el activo (bienes y derechos de la empresa), y a la derecha el pasivo (obligaciones de la empresa). Hay distintos tipos de financiación, en función de varios criterios de clasificación: Según la actividad de la empresa, la financiación puede ser: interna (amortización, reservas…), o externas (no generados por la actividad de la empresa, como las aportaciones de socios). Según la procedencia de los fondos, en cuanto a su titularidad, la financiación puede ser: propios (aportados por los socios o la actividad), o ajenos (aportado por personal ajeno a la empresa). Según la temporalidad de la obligación de la empresa, la financiación puede ser: recursos a corto plazo (-1 año), a largo plazo (+1 año), o recursos atemporales (cuando la obligación no tiene un plazo marcado). Según el tipo activo que financien, la financiación puede ser: recursos para la financiación del tiempo fijo, o recursos para la financiación del activo circulante. Según el grado de compromiso o exigibilidad de los recursos, la financiación puede ser: exigible (cuando se han de resolver, ej: los créditos), o no exigible (cuando no hay compromiso temporal de devolverlos).
Las fuentes de financiación propias las constituyen la autofinanciación o financiación interna y las aportaciones de los socios. En la autofinanciación, se distinguen tres tipos: automática, autofinanciación de mantenimiento, y de enriquecimiento.
Las reservas se crean para hacer frente a los posibles riesgos no conocidos o para financiar el crecimiento de la empresa. Las reservas más importantes son: prima de emisión de acciones, reservas para acciones de la sociedad dominante, reservas para acciones propias, reservas legales, reservas estatutarias, reservas voluntarias, reservas de revalorización, remanente, reservas por capital amortizado, reservas especiales, y reservas ocultas o tácticas. Las provisiones sirven para cubrir posibles riesgos, gastos o pérdidas. Surgen de la aplicación del criterio de prudencia en la valoración de la situación patrimonial. La amortización, por su parte, es la expresión de la depreciación sistemática anual efectiva sufrida por el material e inmaterial inmovilizado, por su aplicación al proceso productivo. La amortización tiene tres significados: uno económico (consumo del equipo fijo), un significado técnico (disminución de prestaciones por el paso del tiempo y el uso), y un significado financiero (costes y resultados de la empresa). Tal depreciación puede aparecer por el paso del tiempo, por el uso del objeto, por su envejecimiento, por haber expirado su capacidad de uso o por accidentes que lo deterioren. Los métodos o sistemas de amortización pueden ser financieros o no financieros. Los financieros son los que tienen en cuenta el tipo de interés que se obtiene de invertir las cuotas de amortización hasta el momento de proceder a la renovación del activo amortizado. Los no financieros incluyen varios tipos:
Las aportaciones al capital de la empresa pueden producirse al constituir la sociedad (pueden ser dineradas y no dineradas). Puede proceder de los socios, de la aplicación de reservas o de la transformación de deuda en capital.
Las fuentes de financiación ajenas están formadas por todas las deudas contraídas por la empresa a través de diversos medios: intermediarios financieros, mercados de capitales, crédito interempresarial, leasing, factoring… Las fuentes de financiación ajenas mediante intermedios financieros consisten en captar fondos mediante las entidades financieras (de los bancos sobre todo). Las fuentes más utilizadas son: ´
A través del mercado de capitales, la empresa puede financiarse emitiendo deuda, obligaciones, letras… que pueden ser negociables o no. El crédito interempresarial o comercial viene representado por los aplazamientos en los pagos que se hacen a los clientes y los proveedores a las empresas. El leasing es una forma de financiación ajena que consiste en el alquiler especial de un bien con un componente financiero. En éste intervienen: la entidad del leasing (entidad financiera), que es el arrendador, el arrendatario que suscribe el contrato de leasing (que usa el bien y tiene derecho de compra del mismo), y el proveedor, que suministra el bien objeto del arrendamiento. Existen varias modalidades de leasing: mobiliario, inmobiliario, financiero (cuando se ejerza la opción de compra del bien), y operativo (el arrendador garantiza el funcionamiento y mantenimiento del bien arrendado). El factoring es un contrato en el que una parte cede a otra (a una empresa de factoring) sus créditos comerciales frente a terceros, encargándose la sociedad de factoring de los siguientes aspectos: gestión del cobro de los créditos cedidos a su vencimiento, administración de cuentas, cobertura de riesgos, y financiación.
Las fuentes de financiación cuasipropias están entre las propias y las ajenas. Destacan: los títulos convertibles, los Warrants, la deuda perpetua, los créditos participativos, y las ayudas y subvenciones.
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